The Invisible-Border War

Pangong Lake
“Pangong Lake” crosses the Actual Line of Control between China and India. Photo: Dayou_X/flickr.

NEW DELHI – A half-century after the Sino-Indian War of 1962, the border between China and India remains undefined and a constant source of friction between the world’s two most populous countries. Following three weeks of fighting in 1962, it was agreed to draw a Line of Actual Control (LAC). But, five decades later, the map has yet to be delineated. As a result, both sides routinely send patrols up to the point where they believe the LAC should be – the latest episode being a three-week incursion by Chinese troops into Indian-held territory that began in April.

Face-offs in the no-man’s land that lies between where China and India each envisage the LAC are so common that the militaries of the two countries have developed a modus vivendi, whereby one side tells the other to withdraw peacefully. Both sides have routinely abided by the informal protocol that has evolved over the years.

La guerra de la frontera invisible

Pangong Lake
“Pangong Lake” crosses the Actual Line of Control between China and India. Photo: Dayou_X/flickr.

NUEVA DELHI – Medio siglo después de la guerra que libraron China y la India en 1962, la frontera entre los dos países más poblados del mundo aún no está definida y es una fuente constante de fricciones. Las tres semanas de combates en 1962 finalizaron con un acuerdo de trazar una Línea de Control Efectivo (conocida por sus siglas en inglés, LAC). Pero han pasado cinco décadas y el mapa todavía no está delineado, de modo que ambas partes suelen enviar patrullas hasta donde en su opinión corre la LAC. El último episodio fue una incursión de tropas chinas en territorio ocupado por India, que empezó en abril y duró tres semanas.

Este tipo de enfrentamientos en la tierra de nadie que se encuentra entre los dos trazados diferentes que hacen China y la India de la línea de control efectivo son tan comunes que los ejércitos de ambos países ya hicieron de él un modus vivendi, en el que una parte hace una incursión y la otra responde solicitando el retiro pacífico de las tropas. Hasta ahora, ambos países habían respetado este protocolo informal que fue tomando forma con el correr de los años.

Pero esta vez, no. En la zona de Daulat Beg Oldi, cerca de las llanuras de Depsang, en la región de Ladakh del estado de Jammu y Cachemira, una patrulla compuesta por unos 15 soldados del Ejército Popular de Liberación entró al territorio ocupado por India y plantó campamento como para una estadía larga.

La línea de control efectivo nace en el norte, en el estratégico paso de Karakórum, cerca de Pakistán, y desde allí se extiende en dirección sur siguiendo las cumbres de los Himalayas orientales, hasta llegar al antiguo pueblo de Tawang, sede de un famoso monasterio budista. A partir de allí, su recorrido sigue la vieja línea McMahon, que se trazó en 1914 para separar la India Británica de lo que entonces era Tíbet (y que China rechaza por considerarla una imposición imperial). Luego, la LAC serpentea hasta el punto donde se encuentran India, China y Birmania.

El interés estratégico de China en esta línea, que separa a la India del inquieto Tíbet y de la problemática provincia de Xinjiang, es fácil de entender. India, por su parte, mantiene un importante destacamento en Daulat Beg Oldi, cerca de la entrada del paso de Karakórum y de la región del glaciar Siachen. Entonces, ¿fue la incursión china en territorio indio un error de un comandante del EPL? ¿O tal vez obedece a un cálculo más complejo?

El imponente paso de Karakórum es parte de lo que fue la antigua ruta de la seda, que conectaba Ladakh y Cachemira con Xinjiang (provincia esta última que, como Tíbet, ahora es una “región autónoma” de China). Según una descripción reciente de dos observadores, Daulat Beg Oldi era una especie de punto de transferencia, en el que los bienes comerciados se pasaban a ponis de carga “para el cruel viaje a través del paso de Saser La hacia el más hospitalario valle del río Shyok” en dirección a “Leh, Turtok o Srinagar [en Cachemira]”.

Como era de esperarse, el parlamento de la India denunció la incursión china con la máxima dureza posible. El gobierno primero se mostró confundido y luego hizo un vano intento de restar importancia a la presencia de tropas del EPL. A esto le siguió una competencia de tendido de carpas; como China había emplazado cuatro, India respondió plantando ocho. El Financial Times citó palabras de Sun Hongnian, especialista en temas de fronteras de China: “Para India, cada metro de ruta y cada refugio del área es una ganancia estratégica de territorio” que la lleva “más cerca de la ruta principal de nuestro lado”.

El duelo entre ambos países terminó el 6 de mayo, tan súbitamente como había comenzado. El ministro de asuntos exteriores de la India, que antes había dicho que la incursión era un “incidente local”, tuvo que cambiar de discurso bajo presión del parlamento y advirtió a China de que India podía verse forzada a reconsiderar la visita que tiene planeada a Beijing.

¿Fue nada más un intento de los chinos de obtener lo que Henry Kissinger llamaba “poder de disuasión estratégica”? ¿O un embate deliberado para poner en práctica la propuesta que el presidente chino Xi Jinping le hizo al primer ministro de la India, Manmohan Singh, en un aparte durante la reunión de los BRICS celebrada en Sudáfrica en marzo? En aquella ocasión, Xi dijo a Singh que buscaba un “acuerdo justo, razonable y aceptable para ambas partes, basado en un entendimiento y una adecuación mutuos”, tras lo que agregó un comentario elocuente: “Resolvamos rápidamente el acuerdo marco de fronteras”. ¿Acaso la incursión china habrá sido una especie de acelerador diplomático?

India no debería tomarse a la ligera la premonitoria observación que hizo el primer ministro australiano, Kevin Rudd, cuando declaró que “China es una nación de realistas en materia de política de seguridad y asuntos exteriores, que respeta el poder estratégico y desprecia la vacilación y la debilidad”. Después de todo, una de las lecciones de la guerra de 1962 fue que una respuesta vacilante a una agresión china está condenada al fracaso, especialmente en situaciones como las que planteó la incursión en Daulat Beg Oldi.

El incidente de días pasados parece emitir una señal clara: hay un orden nuevo en China, y ese orden seguirá guiando las políticas chinas a lo largo de la próxima década, bajo el liderazgo de Xi. La incursión de tropas del EPL en Daulat Beg Oldi es un recordatorio de que China no dejará que ninguna cuestión fronteriza irresuelta caiga en el olvido. De hecho, casi en simultáneo con la incursión del EPL, un grupo de académicos de un centro de estudios oficial de China cuestionó la soberanía japonesa sobre Okinawa.

Tanto si el pedido de Xi a la India de “resolver rápidamente el acuerdo marco de fronteras” fue una exhortación como si fue una advertencia, los otros países asiáticos ya no pueden darse el lujo de ignorar sus propias disputas fronterizas con China. Como demuestra lo sucedido en Daulat Beg Oldi, los nuevos líderes de China no están interesados en preservar el statu quo.

Traducción: Esteban Flamini

Copyright Project Syndicate

Jaswant Singh, ex ministro de finanzas, de asuntos exteriores y de defensa de la India, es autor del libro Jinnah: India – Partition – Independence.

For additional reading on this topic please see:

National Security Decision-Making in India

China-South Asia Strategic Engagements

India-China Talks: Full-Scope Security Is Potential Issue


For more information on issues and events that shape our world please visit the ISN’s featured editorial content and Security Watch.

A New Deal for Fragile States

A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street
A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street in Iraq. Photo: Eli J. Medellin/Wikimedia Commons.

PARIS – Today, roughly one-quarter of the world’s population lives in conflict-affected and fragile states. Despite vast sums of money spent aiding such states over the last 50 years, armed conflict and violence continue to blight the lives of millions of people around the world. International and national partners must radically change the way they engage such states.

I experienced firsthand the need for a new approach in 2004 in Sri Lanka. Within the first two months of the devastating tsunami that struck that December, close to 50 heads of state and foreign ministers visited the island. Each came with their own programs, their own civil-society organizations, and their own television crews. Few came with any deep understanding of the dynamics of the political conflict between militant Tamils and the Sri Lankan state. Big mistakes were made, fueling further violence.

Un New Deal pour les Etats fragiles

A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street
A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street in Iraq. Photo: Eli J. Medellin/Wikimedia Commons.

PARIS – Le quart de la population de la planète vit dans des Etats fragiles et/ou dans des zones affectés par des conflits. Malgré d’énormes sommes consacrées depuis 50 ans à aider ces Etats, les conflits armés et la violence continuent à perturber la vie de millions de personnes à travers le monde.

Aussi, les partenaires nationaux et internationaux de ces Etats doivent-ils changer radicalement d’approche. J’ai été aux premières loges pour constater cette nécessité au Sri Lanka après le tsunami dévastateur de décembre 2004. Lors des deux premiers mois qui ont suivi, quelques 50 chefs d’Etat et ministres des Affaires étrangères se sont rendu sur l’île, chacun avec son propre programme, des organisations de son pays et ses équipes de TV. La plupart n’avaient qu’une connaissance superficielle du conflit entre les activistes Tamouls et le gouvernement sri lankais. De grosses erreurs ont été commises qui ont encore attisé la violence.

Le principal défi est maintenant de s’éloigner d’un modèle de coopération dans lequel ce sont les gouvernements ou les organismes des pays donateurs qui déterminent les priorités, les mesures à appliquer et les besoins de financement. Les pays affectés par un conflit devraient être capables de choisir leur propre destinée.

Il faut établir des modèles de transition d’après-conflit, tel celui proposé par le g7+ qui regroupe 18 Etats fragiles. Ce modèle est simple : chaque pays évalue sa propre situation avec les outils appropriés qu’il aura développés et formule une vision et un plan destinés à consolider la paix et à parvenir à la prospérité.

Cela peut sembler utopique, pourtant ce modèle est expérimenté en Afrique dans le cadre des programmes Agenda for prosperity 2013-2017en Sierra Leone et Vision 2030 au Libéria. Les progrès en matière de priorités nationales telles que la consolidation de la paix, l’accès à la justice et la sécurité sont supervisés localement. On s’est rendu compte que le recours au savoir-faire et aux systèmes locaux contribue à renforcer ces capacités locales.

Le New Deal for Engagement in Fragile States qui prévoit une série d’engagements au niveau international concernant l’aide et le développement a obtenu le soutien du Quatrième forum de haut niveau sur l’efficacité de la coopération qui s’est tenu en 2011à Busan en Corée du Sud. Il propose d’adopter un modèle de ce genre. Il intègre ce qui importe le plus pour parvenir à un Etat et à une société pacifiés : des engagements en faveur de la paix et du renforcement de l’Etat pour améliorer la participation des partenaires nationaux et internationaux des pays affectées par la violence et une trop grande fragilité de l’Etat.

Le New Deal tire les leçons des expériences de consolidation de la paix en intégrant les facteurs clés pour parvenir à un résultat visible et durable : un leadership national et un programme précis. Ainsi que l’a formulé Kosti Manibe, le ministre des Finances du Soudan du Sud,“Rien ne se fera pour nous sans nous”.

Lors de nombreuses conversations avec Salva Kiir, le président du Soudan du Sud, nous avons évoqué ce que devraient être les priorités essentielles de ce nouvel Etat, manifestement fragile. Mais cela n’a de sens que si ses partenaires acceptent que les décisions se prennent dans une capitale comme Juba plutôt que chez eux.

Plus de 40 pays et institutions ont souscrit à la manière de travailler proposée par le New Deal qui suppose l’amélioration de leur partenariat et l’investissement nécessaire en termes de ressources et de capital politique. Le New Deal est innovant, car il prévoit un soutien politique en faveur de problèmes faisant obstacle à la transition d’une situation de conflit et de fragilité de l’Etat à une situation de paix et de stabilité.

Favoriser un dialogue politique inclusif et veiller à une résolution pacifique des conflits constituent la priorité. Il faut y ajouter la sécurité, le bon fonctionnement de la justice et un secteur privé dynamique qui génère suffisamment d’emplois. Par ailleurs, nombre d’Etats fragiles disposent de ressources naturelles considérables. Grâce à une gestion transparente de ces ressources, ils doivent parvenir à diminuer la corruption et les transferts illégaux de liquidités et de biens, ce qui permettra d’accroître les revenus dédiés aux services de base.

C’est ainsi que les Etats fragiles pourraient assumer la responsabilité de leur redressement et de leur développement. En tant que partenaires, nous devons accepter ce leadership national. Après le tremblement de terre qui a dévasté Haïti en 2010, on a qualifié l’île derépublique des ONG. Incapables de créer les conditions nécessaires pour que les Haïtiens eux-mêmes puissent diriger la reconstruction de leur pays, les partenaires étrangers d’Haïti ont fait obstacle à l’établissement d’un systéme de gouvernance intérieure efficace.

Comment faire pour que nos engagements et nos priorités débouchent sur de meilleures conditions de vie pour les populations affectées par des conflits ou une trop grande fragilité de l’Etat ?

Les pays de l’OCDE doivent donner l’exemple en respectant leurs engagements. Par l’intermédiaire d’organes tels que le g7+, nos partenaires doivent continuer à exiger les changements de politique et de pratiques auxquels nous nous sommes engagés.

Il ne faut pas oublier les changements à long terme. Alors que 2015, l’année butoir pour la réalisation des Objectifs du Millénaire pour le développement se rapproche, les programmes de développement futurs doivent inclure ce qui reste d’une importance cruciale : le soutien au rétablissement de la paix et de la sécurité et à la résolution non violente des conflits.

Les membres du Dialogue international sur la consolidation  de la paix et le renforcement de l’Etat (le forum de niveau élevé qui a créé le New Deal) se sont rencontrés récemment à Washington pour évaluer les progrès réalisés dans notre manière de travailler et d’appliquer les engagements du New Deal. Dans le Communiqué de Washington ils demandent aux partenaires en matière de développement, aux pays du g7+ et aux organisations de la société civile d’intensifier leurs efforts pour traduire les engagements du New Deal en changements concrets et ils appellent à un programme de développement post-2015 qui reconnaisse l’importance universelle de la consolidation de la paix et le renforcement de l’Etat.

En fin de compte, nos progrès dépendront de l’implication et de la volonté de chacun de transformer la vie des 1500 millions de personnes dont la vie est marquée par la violence, la guerre ou l’insécurité.

Traduit de l’anglais par Patrice Horovitz

Copyright Project Syndicate

Erik Solheim est président du Comité d’assistance au développement de l’OCDE. Il a été ministre du développement et ministre de l’environnement en Norvège.

For additional reading on this topic please see:

Strengthening the UN Peacebuilding Commission

Justice, Truth and Reparation in the Colombian Peace Process

Enhancing Security and Justice in Liberia: The Regional Hub Model


For more information on issues and events that shape our world please visit the ISN’s featured editorial content and Security Watch.

صفقة جديدة من أجل الدول الهشة

A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street
A Vehicle Born Improvised Explosive Devise (VBIED) after exploding on a street in Iraq. Photo: Eli J. Medellin/Wikimedia Commons.

باريس ــ اليوم، يعيش ما يقرب من ربع سكان العالم في دول هشة مبتلاة بالصراعات. وبرغم المبالغ الضخمة من الأموال التي أنفقت لمساعدة مثل هذه الدول على مدى السنوات الخمسين الماضية، فإن أعمال العنف والصراعات المسلحة لا تزال مستمرة في إفساد وتخريب حياة الملايين من البشر في مختلف أنحاء العالم. ويتعين على الشركاء الدوليين والوطنيين أن يعملوا الآن على تغيير الطريقة التي يتعاملون بها مع مثل هذه الدول جذريا.

وقد شهدت بنفسي الحاجة إلى اتباع نهج جديد في عام 2004 في سريلانكا. ففي غضون الشهرين الأولين اللذين أعقبا التسونامي المدمر في شهر ديسمبر/كانون الأول من ذلك العام، زار ما يقرب من خمسين من رؤساء الدول ووزراء الخارجية الجزيرة. وأتى كل منهم وبصحبته برامجه، ومنظمات المجتمع المدني، وأطقم التلفزيون الخاصة به. غير أن القليل منهم أتوا وهم يحملون أي قدر من الفهم العميق لديناميكيات الصراع السياسي بين التاميل المتشددين ودولة سريلانكا. وبطبيعة الحال، ارتُكِبَت أخطاء كبرى، الأمر الذي أدى إلى تأجيج المزيد من العنف.

يتلخص التحدي الكبير الذي يواجهنا اليوم في الابتعاد عن نموذج الشراكة الذي تتحدد بموجبه الأولويات والسياسات واحتياجات التمويل في عواصم الدول المانحة ومقار شركاء التنمية. إن الدول المتضررة بالصراع لابد أن تكون قادرة على تحديد مصائرها.

وينبغي لنا أن ننشئ نماذج الانتقال في مرحلة ما بعد الصراع، كذلك الذي نادت به “مجموعة الدول السبع +”، وهي مجموعة تتألف من ثماني عشر دولة هشة. والنموذج بسيط: حيث تقوم كل دولة بتقييم أوضاعها بنفسها، بالاستعانة بأدوات من ابتكارها وتتناسب مع السياق، من أجل صياغة رؤية ووضع خطة لتوطيد السلام وتحقيق الازدهار.

وقد يبدو هذا أشبه بحلم بعيد المنال، ولكننا شهدنا تحققه بالفعل في أفريقيا، حيث تجسد أجندة من أجل الرخاء 2013-2017 في سيراليون، ورؤية ليبيريا 2030 الإمكانات التي تنطوي عليها مثل هذه البرامج. والواقع أن إحراز التقدم على مسار تلبية الأولويات الوطنية، مثل توطيد السلام، أو توسيع القدرة على الوصول إلى العدالة، أو زيادة الأمن، تتم مراقبته محليا. فقد تبين أن استخدام الأجهزة والقدرات المحلية في المراقبة كفيلة بتعزيز قوتها.

وقد اقترحت “الصفقة الجديدة للمشاركة في الدول الهشة“، والتي تستند إلى سلسلة من الالتزامات الدولية المرتبطة بالمساعدات والتنمية، والتي أبرِمَت في المنتدى الرفيع المستوى الرابع لفعالية المعونات والمساعدات في بوسان بكوريا الجنوبية في عامة 2011، اقترحت هذا النموذج على وجه التحديد. ويكرس هذا النموذج أكثر الأمور أهمية في بناء دول ومجتمعات سلمية: الالتزامات والتعهدات ــ أهداف السلام وبناء الدولة ــ بتحسين الكيفية التي يساهم بها الشركاء الوطنيون والدوليون في السياقات الهشة المتضررة بالصراع.

وتدرك الصفقة الجديدة ما يعلمنا إياه تاريخ بناء السلام: إن قيادة الأجندات وملكيتها الوطنية تشكل المفتاح الأساسي لتحقيق نتائج ملموسة ومستدامة. وعلى حد تعبير كوستي مانيبي نجاي وزير مالية جنوب السودان: “لا شيء عنا بدوننا”.

في العديد من المحادثات مع رئيس جنوب السودان سلفا كير، ناقشنا وضع قائمة قصيرة للأولويات الواضحة للدولة الجديدة. ولكن مثل هذه الأهداف لا تصبح ذات معنى إلا إذا كان شركاء الدولة الهشة على استعداد لتقبل القيادة من عاصمة مثل جوبا وليس من مقراتهم الخاصة.

وقد أيدت أكثر من أربعين دولة ومؤسسة الطريقة التي تنتهجها الصفقة الجديدة في العمل، فتعهدت ببناء شراكات أفضل ــ واستثمار الموارد المطلوبة ورأس المال السياسي. وهذا هو السبب وراء إبداع نموذج الصفقة الجديدة؛ فهو يخلق الدعم السياسي حول القضايا التي تحتاج إلى معالجة إذا كان للدول أن تتمكن من الانتقال من الصراع والهشاشة إلى السلام والاستقرار.

إن دعم الحوار السياسي الشامل وضمان حل الصراع من خلال السلمية من بين أعلى الأولويات، وكذلك الأمن، والوصول إلى العدالة، وتأسيس قطاع خاص ديناميكي قادر على توليد العدد الكافي من فرص العمل. وعلاوة على ذلك، فإن العديد من الدول الهشة غنية بالموارد الطبيعية، وينبغي لها أن تعمل على تأسيس إدارة شفافة للموارد ــ تهدف إلى الحد من الفساد والسيطرة على التدفقات غير المشروعة من الأموال والسلع ــ من أجل زيادة العائدات اللازمة لتسليم الخدمات.

والتركيز على هذه العمليات من شأنه أن يضمن تولي الدول الهشة زمام المبادرة وتحملها للمسؤولية. وكشركاء، يتعين علينا أن نتقبل هذه الزعامة الوطنية. فبعد الزلزال المأساوي الذي ضرب هايتي في عام 2010، أطلق على البلد وصف “بلد المنظمات غير الحكومية“. فبسبب عجزهم عن خلق الظروف التي يستطيع فيها أهل هايتي أنفسهم أن يحملوا لواء الريادة في إعادة بناء بلدهم، انتهى شركاء هايتي القادمون من الخارج إلى تقويض محاولات تأسيس نظام حكم داخلي قادر على أداء وظيفته.

كيف يمكننا إذن أن نترجم التزاماتنا وأولوياتنا إلى حياة أفضل من أجل الناس الذين تضرروا بالصراع وهشاشة دولتهم؟

ينبغي لدول منظمة التعاون الاقتصادي والتنمية أن تكون قدوة فتفي بالتعهدات التي قطعتها على نفسها. ويتعين عل شركائنا، من خلال تجمعات مثل “مجموعة الدول السبع +”، أن يستمروا في المطالبة بالتغيير في السياسات والممارسات التي وُعِدوا بها.

ويتعين علينا أيضاً أن نخطط للتغيير في الأمد البعيد. ومع اقتراب الموعد النهائي لتحقيق الأهداف الإنمائية للألفية بحلول عام 2015، فإن الترويج للسلام، والأمن، وحل الصراعات بلا عنف، يظل يشكل أهمية بالغة، ولابد من دمجه بشكل كامل في أي أجندة تنمية في المستقبل.

مؤخرا، اجتمع أعضاء الحوار الدولي بشأن بناء السلام وبناء الدولة، المنتدى السياسي الرفيع المستوى الذين أنتج الصفقة الجديدة، اجتمعوا في واشنطن العاصمة، لتقييم مدى تقدمنا في تغيير الكيفية التي نعمل بها وفي تنفيذ التزامات الصفقة الجديدة. وقد وافقوا على بيان واشنطن، الذي يحث شركاء التنمية، ودول “مجموعة الدول السبع +”، ومنظمات المجتمع المدني على تكثيف الجهود الرامية إلى استخدام الصفقة الجديدة لتحقيق نتائج ملموسة على الأرض، ويدعو إلى وضع أجندة لمرحلة ما بعد 2015 تعترف بالأهمية العالمية للسلام وبناء الدولة.

وفي نهاية المطاف، ينبغي لنا أن ندرك أن أي تقدم نتمكن من إحرازه يتوقف على عزم الجميع على تحويل حياة 1,5 مليار إنسان أفسد حياتهم العنف والصراع وانعدام الأمان والاستقرار.

ترجمة: أمين علي          Translated by: Amin Ali

Copyright Project Syndicate

اريك سولهايم وزير التنمية والبيئة الأسبق في النرويج، ورئيس لجنة المساعدات الإنمائية في منظمة التعاون الاقتصادي والتنمية حاليا.

For additional reading on this topic please see:

Strengthening the UN Peacebuilding Commission

Justice, Truth and Reparation in the Colombian Peace Process

Enhancing Security and Justice in Liberia: The Regional Hub Model


For more information on issues and events that shape our world please visit the ISN’s featured editorial content and Security Watch.