El 9 de febrero de 2013, unos 200 filipinos armados pertenecientes al denominado Ejército Real de Sulu ocuparon partes de Lahad Datu en Sabah [en] (Borneo Septentrional) y declaró la propiedad de todo el territorio en el nombre del sultán de Sulu Jamalul Kiram III.
Sabah ha sido parte [en] de la Federación de Malasia desde 1963. Sin embargo, el sultanato de Sulu, que está situado en el sur de Filipinas, no ha dejado de hacer valer sus reivindicaciones históricas y de propiedad sobre el territorio. Además, Filipinas aún no ha descartado oficialmente su afirmación de que Sabah es parte de su territorio.
Durante tres semanas, el gobierno de Malasia pidió a los filipinos armados en Lahad Datu que se rindieran. Pero, finalmente, el 5 de marzo, el ejército atacó al grupo y puso fin a la ocupación. El enfrentamiento y posteriores operaciones militares presuntamente causaron la muerte de más de 60 personas, entre ellas 8 miembros de la policía de Malasia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Malasia fue rápido en etiquetar a los filipinos armados como terroristas [en]. El gobierno filipino – que está ultimando un acuerdo de paz con los separatistas musulmanes en el sur del país – también condenó la ocupación. El presidente Benigno S. Aquino III acusó a “personas de interés” relacionado con la administración de su predecesor, de “conspirar” [en] para provocar problemas en Sabah:
Somos concientes de que hay quienes conspiraron para llevarnos a esta situación – una situación que no tiene soluciones inmediatas. Algunas de sus identidades son claras para nosotros, mientras que otros siguen escondiéndose en las sombras.
Para la gente que está detrás de esto, incluso ahora, les digo: no tendrán éxito. Todos los que han hecho daño a nuestro país tendrán que rendir cuentas.
Curiosamente, el primer ministro de Malasia, Najib Razak todavía tiene que descartar la teoría de que los políticos de oposición de Malasia se han confabulado [en] con el Sultán de Sulu para desestabilizar el país y derrocar a la coalición gobernante antes de las elecciones generales de este año.
Crisis humanitaria
El enfrentamiento de Lahad Datu también provocó una crisis humanitaria luego que decenas de residentes de Sabah de ascendencia filipina fueron arrestados [en] y más de 1.500 migrantes filipinos buscaron refugio [en] en las Filipinas. También hay denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad de Malasia, una afirmación que fue rechazada [en] enérgicamente por el gobierno de Kuala Lumpur. La Coalición Sabah de Organizaciones de Derechos Humanos expresó preocupaciones adicionales sobre el impacto [en] de la operación militar en los residentes de Sabah:
La militarización y la presencia de fuerzas de seguridad han creado muchos bloqueos de caminos que restringen los movimientos de los pueblos indígenas en su búsqueda de alimentos, recolección, caza y pesca.
Las limitaciones a los viajes se traducirán en escasez de alimentos para ellos.
De hecho, es probable que la cuestión Sabah ocasione problemas a Malasia y Filipinas en el futuro previsible. Por ejemplo, Carol Araullo de la coalición de izquierdas Bayan acusa [en] a Aquino de abandonar las pretensiones de Filipinas sobre el territorio:
Muchos están empezando a sospechar que el régimen de Aquino no está del todo convencido de que la demanda de Sabah tenga su mérito [en] y su descripción de ella como una “causa perdida” no es sólo un desliz que indica “ignorancia o incompetencia” como el Sultan Jamalul Kiram III sospecha, si no el punto de vista del régimen e incuso su política en el asunto.
R Kengadharan plantea estas preguntas [en] al gobierno malasio:
¿Cómo entran los intrusos armados en nuestras costas sin el conocimiento de nuestra armada?
¿Qué ha pasado con nuestros servicios de inteligencia nacionales y regionales?
¿Quién ha estado proporcionando armas al auto-proclamado sultán de Sulu?
¿Quién está proporcionando entrenamiento guerrillero a los intrusos armados en Sulu?
Para evitar una crisis similar en el futuro, tal vez ha llegado el momento de que los líderes de Malasia y Filipinas resuelvan de una vez por todas la cuestión Sabah.
Translator: Juan Arellano
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