SINGAPUR – En agosto, Raghuram Rajan fue nombrado Gobernador del Banco de Reserva de la India. En un nivel, se trató de un anuncio de rutina que muchos habían previsto; después de todo, probablemente sea el economista indio más conocido de su generación. Sin embargo, en otro nivel su nombramiento se puede ver como un recambio generacional más amplio. Con apenas 50 años de edad, será el primer gobernador del BRI nacido después de que India se convirtiera en república en 1950.
En todos los ámbitos de la vida india, como la política, las artes, el deporte y el desarrollo social, se están produciendo cambios similares. Y gracias a ello, el país mejorará. Si bien es uno de los países más jóvenes del mundo, con una edad promedio de solo 26 años, hasta hace poco en la mayoría de los campos predominaban de manera incongruente personajes de edad ya avanzada, desde la política a las artes, e incluso los negocios y los deportes.
Pero hoy en todas las áreas brillan jóvenes que hacen su entrada aportando energía y nuevas ideas. En el ámbito político, en momentos que el país se prepara para las elecciones generales del año próximo, los principales contendores para reemplazar al Primer Ministro Manmohan Singh, de 81 años, son Narendra Modi (62) del Partido Bharatiya Janata y Rahul Gandhim, de apenas 43 años. Cualquiera de ellos sería el primero que asume el cargo sin haber nacido en el Raj británico.
Las artes fueron una de las primeras áreas en que se vio este cambio generacional. Por largo tiempo, la literatura india, especialmente en inglés, estuvo dominada por un pequeño grupo de escritores que apuntaban a un público específico y al logro de reconocimiento literario. Entonces, hace unos cuantos años, un grupo de jóvenes escritores (como Chetan Bhagat y Amish Tripathi, ambos ex banqueros) cambiaron las reglas del juego al escribir para un mercado masivo.
En lugar de escribir para críticos literarios, comenzaron a usar un lenguaje más sencillo, incluyendo expresiones indias. También escogieron nuevos temas: Tripathi recurrió a la mitología antigua para producir una trilogía sobre el dios Shiva, mientras Bhagat comenzó a escribir sobre las vidas de los jóvenes indios de clase media que aspiraban a ascender en la escala social.
Como era de prever, recibieron el ataque y el ridículo de puristas y críticos. Pero la gente ha comprado sus libros por millones y se han cerrado contratos para rodar películas sobre ellos. Como resultado, se ha ampliado enormemente este mercado y las editoriales se han visto obligadas a cambiar por entero sus estrategias de negocios.
Un fenómeno similar se ha producido en la industria de la música. Dominado antes por un número reducido de cantantes y directores musicales, ha sido transformada por los concursos de talentos televisivos, similares a American Idol, que exhiben a toda la nación su gran riqueza de talentos.
Estos programas han convertido a los participantes, algunos de los cuales proceden de pueblos remotos, en estrellas de la noche a la mañana, y muchos de ellos han firmado para proseguir lucrativas carreras. En parte gracias a este desfile de nuevos talentos, la industria musical india está pasando por un momento de extraordinaria innovación y expansión, haciendo empalidecer la producción de las industrias musicales estadounidense y europea, afectadas por la falta de innovación en las últimas dos décadas.
El cambio generacional incluso ha llegado al deporte más popular de la India, el críquet. Debido a la adulación que recibían, muchas de sus estrellas seguían en el equipo nacional bastante tiempo después de llegar a las cimas de sus carreras. Pero pasados apenas dos años de ganar la Copa Mundial de 2011, varios miembros de ese equipo victorioso ya han sido reemplazados, decisión que hasta hace poco habría parecido impensable.
También el sector social de la India se ha visto transformado. Las políticas de desarrollo solían estar dominadas por activistas de carrera vinculados al pensamiento de la era socialista. Pero la llegada de nuevos rostros del mundo de los negocios, como Ashish Dhawan, Jayant Sinha y Ramesh y Swati Ramanathan, ha significado que por fin estos temas se comienzan a enfocar desde el punto de vista de solución de problemas de los emprendedores sociales en lugar de la óptica ideologizada del activismo.
Irónicamente, el mundo de los negocios es el que ha sido más lento en cambiar. El crecimiento del sector de la Tecnología de la Información en los años 90 pareció prometer que el cambio sería rápido y de gran alcance, pero las viejas familias empresariales siguen siendo predominantes.
Pero hay esperanza. Emprendedores como Manish Sabharwal de Teamlease, y Binny y Sachin Bansal de Flipkart, una tienda en línea, están cambiando de manera fundamental el modo de hacer negocios de la India. De manera similar, puede que el ámbito académico indio esté marchito, pero desde fuera de la corriente convencional han surgido nuevos intelectuales de estatura pública, como Pratap Bhanu Mehta.
Sí, es cierto que la economía india se ha desacelerado de manera importante, que la rupia se ha depreciado y que en los titulares predominan los escándalos y las protestas. Sin embargo, tras estas sombras una nueva generación está tomando el relevo, trayendo nuevas ideas y visiones para la India.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
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Sanjeev Sanyal es Estratega Global del Deutsche Bank.
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India-Pakistan Dilemma: To Talk or Not to Talk
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