El misil del chantaje de Corea del Norte

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Korea. Photo: jon.t/flickr.

TOKIO – El cohete Unha-3 lanzado desde Sohae en Corea del Norte la mañana del 12 de diciembre atravesó el espacio aéreo japonés sobre la isla de Okinawa 12 minutos más tarde, y se estrelló en el Océano Pacífico aproximadamente 300 kilómetros al este de las Filipinas. Podría decirse que el lanzamiento fue una pequeña sorpresa, ya que las fuentes de inteligencia surcoreanas habían sugerido que había sido cancelado.

Más sorprendente fue el éxito del lanzamiento, que convierte a Corea del Norte en el décimo miembro del “Club del Espacio” del mundo (el noveno miembro fue Irán, que lanzó exitosamente su cohete Safir en 2008). El Unha-3, un cohete de tres etapas que pesa 92 toneladas, es la secuela del Unha-2, que falló de manera espectacular en 2009, de modo que el evidente progreso que Corea del Norte ha hecho en su tecnología de misiles en un período tan corto sorprendió a los gobiernos de todo el mundo.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respondió mediante el debate de una resolución sobre el fortalecimiento de las sanciones contra Corea del Norte. Sólo China -para sorpresa de nadie- se opuso a nuevas sanciones, destacando que “no debería llevarse a cabo ninguna acción que agrave la tensión en la Península Coreana”. China aceptó las resoluciones del Consejo de Seguridad contra Irán en varias ocasiones, pero sólo respaldó sanciones contra Corea del Norte en dos oportunidades, las dos veces después de que el Norte llevara a cabo pruebas nucleares (en 2006 y 2009).

Los líderes de China se oponen a sanciones más duras contra Corea del Norte por una simple razón: le temen a la fragilidad del régimen de Kim Jong-un más que a las consecuencias en materia de seguridad internacional del lanzamiento de misiles. Por sobre todas las cosas, China quiere impedir el colapso del régimen que, teme, puede resultar de la aplicación de sanciones más estrictas.

Si el régimen de Kim cronometró el lanzamiento del misil para que tuviera un impacto directo en las elecciones de los vecinos Japón y Corea del Sur, tal vez le haya salido bien en el sentido de que hizo aumentar el respaldo por los partidos conservadores orientados a la defensa. De hecho, si bien cuesta determinar qué impacto tuvo el lanzamiento en el resultado en Japón, el Partido Demócrata Liberal (del que soy miembro y donde me desempeñé como vicepresidenta de la campaña electoral) obtuvo una victoria arrolladora. Y aunque la victoria de Park Geun-hye en Corea del Sur, donde se convirtió en la primera presidente mujer de la historia del país, fue la consecuencia de una campaña principalmente centrada en cuestiones económicas internas, la política amenazadora de Corea del Norte con sus misiles probablemente hizo que muchos votantes indecisos se inclinaran por Park, siempre preocupada por la seguridad.

Así las cosas, dado el impacto aparentemente negativo del lanzamiento en los vecinos Corea del Sur y Japón, ¿por qué el Norte no esperó antes de disparar? Algunos sugieren que los líderes norcoreanos estaban decididos a montar el lanzamiento antes del primer aniversario del ascenso de Kim Jong-un al poder el 17 de diciembre. Otros sugieren que los norcoreanos prefieren que haya conservadores en el poder en Seúl y Tokio, porque una visión más robusta de la defensa nacional en Japón y Corea del Sur enfurecería a China que, aislada en el este de Asia, muy probablemente quiera seguir respaldando al régimen de Kim. Después de todo, la pequeña lista de amigos de China en Asia se achicó aún más en 2012, dada la transición democrática de Myanmar.

De manera que, según la lógica perversa de Kim, una acción digna de recibir sanciones de la ONU, y flamantes gobiernos conscientes de la seguridad en Japón y Corea del Sur, fortalecerán la incidencia de Corea del Norte en la política exterior china. En consecuencia, el lanzamiento del misil puede ser visto como un indicio de cuán amenazada se siente la dinastía Kim: el régimen pareciera creer que debe chantajear a su aliado más cercano para conservar su respaldo.

La principal causa de los temores del régimen es la creciente incertidumbre política, que es el resultado directo de la salud deteriorada de Kim Kyong-hui, la tía de Kim Jong-un y el poder detrás del trono. De hecho, los observadores especializados en Corea del Norte sugieren que Kim Jong-un ordenó el lanzamiento del misil como una manera de fortalecer su poder mientras aún cuenta con el respaldo de la experimentada e implacable Kim Kyong-hui. Sin eso, la influencia de la dinastía Kim en el poder casi con certeza se debilitaría, dada la juventud y falta de experiencia de Kim Jong-un, hundiendo al país en el caos.

Una medida política aparentemente oscura el mes pasado -la designación de Jang Sung-taek (el marido de Kim Kyong-hui) como presidente de la Comisión Estatal de Guía de la Cultura Física y el Deporte- sugiere que la mala salud de Kim Kyong-hui ya está teniendo un impacto en el régimen. Si bien esto no sucedería en ningún estado moderno, la Comisión de Guía del Deporte incluye a los miembros más poderosos del régimen. El nombramiento de Jang para ese puesto sugiere marcadamente que la lucha interna por el poder ya se está calentando.

El lanzamiento del misil de Corea del Norte, un hecho que se produce en medio de la incertidumbre interna producto de la salud deteriorada de Kim Kyong-hui, crea una situación extremadamente peligrosa para la comunidad internacional. Sólo si se recrudecen las sanciones de las Naciones Unidas hasta el punto en que Corea del Norte se vea obligada a abandonar sus misiles y sus armas nucleares -y China, a reconsiderar su respaldo automático- se podrá disuadir al régimen de nuevas maniobras, más amenazadoras.

Sin embargo, dada la continua oposición de China a más sanciones, las esperanzas de que esto suceda son muy pocas. Mientras China no coloque sus responsabilidades como potencia global moderna por encima de sus estrechos intereses nacionales, el peligro de Corea del Norte crecerá de la mano de un régimen de Kim que se vuelve cada vez más inestable.

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Yuriko Koike, ex ministra de Defensa y asesora de Seguridad Nacional de Japón, fue presidenta del Partido Demócrata Liberal de Japón y hoy es líder de la oposición en la Dieta.
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Le chantage au missile de la Corée du Nord

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Korea. Photo: jon.t/flickr.

TOKYO – La fusée  Unha-3 lancée depuis Sohae en Corée du Nord le matin du 12 décembre a traversé l’espace aérien japonais au-dessus de l’île d’Okinawa 12 minutes plus tard, avant de s’écraser dans l’océan Pacifique à environ 300 kilomètres à l’est des Philippines.. Ce tir peut être considéré comme une surprise dans la mesure où les services de renseignement sud-coréens avaient indiqué qu’il avait été annulé.

Plus surprenant est le succès de ce tir, qui fait de la Corée du Nord le dixième membre du « club international de l’espace » (le neuvième membre étant l’Iran, après le lancement de son missile Safir en 2008). Le Unha-3, une fusée de trois étages d’un poids de 92 tonnes fait suite à la Unha-2, qui s’était écrasée de manière spectaculaire en 2009 ; les progrès évidents de la Corée du Nord en matière de technologie de missiles produits en si peu de temps constituent donc une étonnante surprise pour les gouvernements partout dans le monde.

Le Conseil de sécurité des Nations Unies a débattu en vue de voter une résolution renforçant les sanctions contre la Corée du Nord. Seule la Chine – sans surprise – s’est opposée à ces nouvelles sanctions, insistant sur le fait « qu’aucune action susceptible d’intensifier les tensions dans la péninsule coréenne ne devrait être tentée. » La Chine a validé à plusieurs reprises des résolutions contre l’Iran, mais n’a soutenu des sanctions à l’encontre de la Corée du Nord qu’en deux occasions, à la suite des essais nucléaires conduits par le Nord (en 2006 et 2009).

Les dirigeants Chinois s’opposent à un durcissement des sanctions contre la Corée du Nord pour une raison très simple : ils craignent plus la fragilité du régime de Kim Jong-un que les retombées de ce tir en matière de sécurité internationale. Mais surtout, la Chine veut éviter la chute du régime que pourraient entrainer des sanctions plus sévères.

Si en programmant ce tir, l’intention du régime de Kim était d’avoir un impact direct sur les élections au Japon et en Corée du Sud, il n’aura réussi qu’à renforcer les partis conservateurs particulièrement concernés par les questions de défense. En effet, bien qu’il soit difficile d’évaluer l’ampleur de l’impact de ce tir sur les résultats des élections au Japon, le Parti Démocrate Libéral (dont je suis membre, et présidente de la campagne pour les élections) a remporté une victoire écrasante. Bien que la victoire de Park Geun-hye en Corée du Sud, devenue la première femme élue présidente du pays après une campagne principalement concentrée sur les questions économiques intérieures, la stratégie de la corde raide du tir de fusée de la Corée du Nord a probablement influencé de nombreux électeurs sud-coréens à voter pour l’approche très sécuritaire du camp de Park.

Donc, compte tenu de l’impact potentiellement négatif de ce tir sur les voisins japonais et sud-coréens, pourquoi le Nord n’a-t-il pas préféré l’annuler ? Certains suggèrent que les dirigeants Nord-Coréens étaient déterminés à réaliser ce tir avant le premier anniversaire de l’avènement au pouvoir de Kim Jong-un le 17 décembre. D’autres évoquent le fait que les Nord-Coréens préfèrent voir des conservateurs à Séoul et à Tokyo parce qu’une vision plus sécuritaire en matière de défense nationale au Japon et en Corée du Sud antagoniserait la Chine qui, isolée en Asie de l’est, conserverait son soutien au régime de Kim. La très courte liste des amis de la Chine en Asie s’est d’ailleurs rétrécie en 2012 avec la transition démocratique au Myanmar.

Donc, dans la logique perverse de Kim, une nouvelle salve de sanctions onusiennes et l’arrivée de nouveaux gouvernements sensibles aux questions sécuritaires au Japon et en Corée du Sud, renforceront l’emprise de la Corée du Nord sur la politique étrangère de la Chine. Le tir de ce missile peut donc être considéré comme une indication du sentiment de menace ressentie par le régime de Kim : le régime semble croire qu’il lui faut user de chantage sur son plus proche allié pour préserver son soutien.

La cause première des craintes du régime nord-coréen provient d’une incertitude politique grandissante liée directement à la santé déclinante de Kim Kyong-hui, la tante de Kim Jong-un, et éminence grise du pouvoir. En effet, les observateurs attentifs de la Corée du Nord estiment que Kim Juong-un a ordonné le tir du missile dans le but de renforcer son influence sur le pouvoir tandis qu’il est encore soutenu par l’impitoyable et expérimentée Kim Kyong-hui. Sans cela, l’emprise de la dynastie Kim sur le pouvoir s’affaiblirait très certainement, compte tenu de la jeunesse et du manque d’expérience de Kim Jong-un, ce qui plongerait le pays dans le chaos.

Un geste politique apparemment anodin le mois dernier – la nomination de Jang Sung-taek (le mari de Kim Kyong-hui) au poste de directeur de la Commission d’orientation pour la culture physique et les sports – suggère que la dégradation de la santé Kim Kyong-hui a déjà un impact sur le régime. Contrairement à ce qu’aucun état moderne ne ferait, la Commission d’orientation des sports compte dans ses rangs les membres les plus puissants du régime. La nomination de Jang indique clairement que la lutte interne pour le pouvoir est déjà très active.

Le tir de missile nord-coréen, dans un contexte d’incertitude intérieure résultant de la fragilité de la santé de Kim Kyong-hui, crée une situation extrêmement délicate pour la communauté internationale. Le régime ne pourra être dissuadé de manœuvres menaçantes supplémentaires que par un renforcement des sanctions des Nations Unies au point d’obliger définitivement la Corée du Nord à abandonner ses missiles et ses armes nucléaires – et la Chine à reconsidérer son soutien épidermique.

Mais il y a peu d’espoir, compte tenu de l’opposition constante de la Chine à des sanctions supplémentaires. Tant que la Chine ne mettra pas ses responsabilités inhérentes à sa position de puissance moderne internationale avant ses intérêts nationaux étriqués, le danger émanant de la Corée du Nord se renforcera alors que le régime de Kim sera plus que jamais instable.

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Yuriko Koike, ancienne ministre japonaise de la Défense et conseillère à la sécurité nationale, est l’ancienne présidente du parti libéral démocrate du Japon. Elle est aujourd’hui cheffe de l’opposition à la Diète.
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كوريا الشمالية وقذائف الابتزاز

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Korea. Photo: jon.t/flickr.

طوكيو ــ في صباح الثاني عشر من ديسمبر/كانون الأول انطلق الصاروخ أون ها-3 من سوهاي في كوريا الشمالية، فمر عبر المجال الجوي الياباني فوق جزيرة أوكيناوا بعد 12 دقيقة من إطلاقه، ثم سقط في المحيط الهادئ على بعد ثلاثمائة كيلومتر تقريباً شرق الفلبين. ولعل إطلاق هذا الصاروخ كان مفاجئاً بعض الشيء، لأن مصادر الاستخبارات الكورية الجنوبية اقترحت من قبل أن عملية الإطلاق ألغيت.

والأمر الأكثر إثارة للدهشة هو نجاح إطلاق الصاروخ، والذي يجعل من كوريا الشمالية العضو العاشر في “نادي الفضاء” (كانت إيران العضو التاسع، بعد إطلاق الصاروخ سفير بنجاح في عام 2008). ويأتي الصاروخ أون ها-3، الذي يتألف من ثلاث مراحل ويزن 92 طناً خلفاً للصاروخ أون ها-2 الذي صادف إطلاقه فشلاً ذريعاً في عام 2009، لذا فإن التقدم الواضح الذي حققته كوريا الشمالية في تكنولوجيا الصواريخ في مثل هذه الفترة القصيرة كان له وقع الصدمة على الحكومات في مختلف أنحاء العالم.

وكانت استجابة مجلس الأمن التابع للأمم المتحدة بمناقشة مشروع قرار حول تشديد العقوبات ضد كوريا الشمالية. ولم يكن من المستغرب أن يأتي الاعتراض على العقوبات الجديدة من جانب الصين فقط، التي أكدت على “ضرورة عدم اتخاذ أية تدابير قد تؤدي إلى تصاعد التوتر على شبه الجزيرة الكورية”. والواقع أن الصين وافقت على قرارات مجلس الأمن ضد إيران في عدة مناسبات، ولكنها لم تؤيد فرض عقوبات ضد كوريا الشمالية إلا في مناسبتين فقط، وفي الحالتين كانت كوريا الشمالية قد أجرت تجارب نووية (في عام 2006، وفي عام 2009).

ويعارض قادة الصين فرض عقوبات أكثر صرامة ضد كوريا الشمالية لسبب بسيط: فهم يخشون هشاشة نظام كيم جونج أون أكثر من خشيتهم من العواقب الأمنية الدولية المترتبة على إطلاق الصاروخ. فالصين تريد في المقام الأول منع انهيار النظام، وهو ما تخشى أن تعجل به العقوبات الأكثر صرامة.

وإذا كان نظام كيم قد حرص على توقيت إطلاق الصاروخ بحيث يؤثر بشكل مباشر على الانتخابات في اليابان القريبة وكوريا الجنوبية، فلعله لم ينجح إلا في تعزيز مستويات تأييد الأحزاب المحافظة ذات التوجهات الدفاعية. ورغم صعوبة الجزم بحجم التأثير الذي ربما يخلفه إطلاق الصاروخ على النتائج في اليابان، فقد حقق الحزب الديمقراطي الليبرالي (الذي أنتمي إلى عضويته، وأخدم كنائبة لرئيس حملته الانتخابية) انتصاراً ساحقاً في الانتخابات. وبرغم أن فوز بارك جيون هاي في كوريا الجنوبية، الذي أصبحت بموجبه أول سيدة تتولى رئاسة البلاد، جاء في أعقاب حملة كان تركيزها الأساسي على القضايا الاقتصادية المحلية، فإن سياسة حافة الهاوية الصاروخية التي تنتهجها كوريا الشمالية ربما ساعدت في تحويل أصوات العديد من الناخبين المترددين نحو معسكر بارك ذي العقلية الأمنية.

ولكن لماذا لم توقف كوريا الشمالية إطلاق الصاروخ، نظراً للتأثير السلبي الذي خلفه ذلك على الدولتين المجاورتين كوريا الجنوبية واليابان؟ يقترح البعض أن قادة كوريا الشمالية كانوا عازمين على تنظيم عملية إطلاق الصاروخ قبل حلول الذكرى السنوية الأولى لتولي كيم جونج أون السلطة في السابع عشر من ديسمبر/كانون الأول. ويشير آخرون إلى أن الكوريين الشماليين يفضلون وجود محافظين في السلطة في سول وطوكيو، لأن الرؤية الأكثر قوة للدفاع الوطني في اليابان وكوريا الجنوبية من شأنه أن يستعدي الصين، التي ستصبح في الأرجح في ظل عزلتها في شرق آسيا أكثر ميلاً للإبقاء على دعمها لنظام كيم. وفي نهاية المطاف، فإن قائمة أصدقاء الصين القصيرة في آسيا أصبحت أكثر قِصَرا في عام 2012 بعد التحول الديمقراطي في ميانمار.

لذا، ففي منطق كيم المنحرف، فإن هذه الدفعة الجديدة لعقوبات الأمم المتحدة، ووصول حكومات حساسة أمنياً في اليابان وكوريا الشمالية، من شأنه أن يعزز من قبضة كوريا الشمالية على السياسة الخارجية الصينية. وبالتالي فإن إطلاق الصاروخ من الممكن أن يُنظَر إليه باعتباره مؤشراً لحجم التهديد الذي تستشعره أسرة كيم: فيبدو أن النظام يتصور أنه لابد أن يبتز أقرب حليفة له لحملها على الإبقاء على دعمها له.

ويتلخص السبب الرئيسي وراء مخاوف النظام في الشكوك السياسية المتنامية، والتي تشكل نتيجة مباشرة لتدهور صحة كيم كيونج هوي، عمة كيم جونج أون والقوة الكامنة وراء العرش. والواقع أن المراقبين الحريصين لكوريا الشمالية يقترحون أن كيم جونج أن أمر بإطلاق الصاروخ كوسيلة لتعزيز قبضته على السلطة في حين لا يزال يتمتع بدعم كيم كيونج هوي الخبيرة المخضرمة. وبدون هذا الدعم فيكاد يكون من المؤكد أن قبضة أسرة كيم على السلطة سوف تضعف كثيرا، نظراً لتسبب شباب كيم جونج أون وقلة خبرته في إغراق البلاد في الفوضى.

ويشير أحد التحركات السياسية الغامضة في الشهر الماضي ــ تعيين جانج سونج تيك (زوج كيم كيونج هوي) رئيساً للجنة إرشاد الثقافة المادية للدولة والرياضة ــ إلى أن صحة كيم كوينج هوي المتدهورة بدأت تؤثر بالفعل على النظام. ورغم أن أي دولة حديثة لن تفعل أمراً كهذا، فإن لجنة إرشاد الرياضة تتألف من أكثر أعضاء النظام قوة. ويشير تولي جانج للمنصب بقوة إلى أن الصراع الداخلي على السلطة بدأ يحتدم بالفعل.

إن إطلاق كوريا الشمالية لهذا الصاروخ، والذي يأتي وسط الشكوك الداخلية الناجمة عن تدهور كيم كيونج هوي، يخلق موقفاً بالغ الخطورة بالنسبة للمجتمع الدولي. وفقط من خلال تعزيز عقوبات الأمم المتحدة إلى الحد الذي يضطر كوريا الشمالية إلى التخلي عن أسلحتها الصاروخية والنووي ــ ويضطر الصين إلى إعادة النظر في دعمها التلقائي ــ يصبح في الإمكان إثناء النظام عن إطلاق المزيد من مناوراته الأكثر شؤما.

ولكن نظراً للمعارضة المستمرة من جانب الصين لفرض المزيد من العقوبات، فقد أصبح الأمل ضعيفاً في تحقيق هذه الغاية. وإلى أن تضع الصين مسؤولياتها باعتبارها قوة عالمية حديثة قبل مصالحها الوطنية الضيقة، فإن المخاطر التي تفرضها كوريا الشمالية سوف تتصاعد مع تفاقم حالة عدم الاستقرار التي ابتليت بها أسرة كيم.

ترجمة: مايسة كامل          Translated by: Maysa Kamel  

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يوريكو كويكي وزيرة الدفاع والأمن القومي في اليابان سابقا، ورئيسة الحزب الديمقراطي الليبرالي السابقة في اليابان، وزعيمة المعارضة في البرلمان الياباني حالي
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The Dear Sister Disappears

A quick break at marching practice North Korea
A quick break at marching practice North Korea. Photo: Joseph A Ferris III/flickr.

TOKYO – The Korean peninsula is stirring. In December, South Koreans will go to the polls to choose President Lee Myung-bak’s successor in what is currently a three-way contest. Meanwhile, China is seeking to seize opportunistically on the recent flare-up of a territorial dispute between South Korea and Japan to court the government in Seoul. But, perhaps most important, one of the pillars of the North Korean dictatorship may now be cracking – at a time when the country must once again cope with a severe, man-made food shortage.

On September 25, the South Korean media reported rumors that Kim Kyong-hui, the sister of the late “Dear Leader,” Kim Jong-il – and the aunt of North Korea’s twenty-something leader Kim Jong-un – was seriously ill. The reports have not been confirmed, but her name was missing from the list of attendees at a recent Supreme People’s Assembly. In secretive North Korea, that seems to be a clear sign that something is afoot. Singapore and China have been mentioned in Asian intelligence circles as possible treatment locations for Kim Kyong-hui.

Disparition d’une sœur bien-aimée

A quick break at marching practice North Korea
A quick break at marching practice North Korea. Photo: Joseph A Ferris III/flickr.

TOKYO – La péninsule coréenne est en effervescence. En décembre, les Coréens du Sud se rendront aux urnes pour élire le successeur du président Lee Myung-bak dans ce qui semble pour le moment être une course à trois. Pendant ce temps, la Chine veut profiter des tensions récentes d’une dispute territoriale entre la Corée du Sud et le Japon pour courtiser le gouvernement en place à Séoul. Mais, plus important encore, l’un des piliers de la dictature de la Corée du Nord pourrait bien être en train de se fissurer ; au moment où le pays est encore une fois aux prises avec une pénurie alimentaire endémique.Le 25 septembre, les médias de la Corée du Sud ont fait état de rumeurs sur les graves problèmes de santé de Kim Kyong-hui, la sœur du « bien aimé leader » Kim Jong-il, et la tante de Kim Jong-eun le président actuel de la Corée du Nord de vingt et quelques années. Ces rumeurs n’ont pas été confirmées, mais son nom n’était pas sur la liste des participants de la dernière Assemblée populaire suprême. Dans une Corée du Nord où règne le secret, il semble que ce soit un signe évident que quelque chose se trame. Dans les milieux du renseignement d’Asie la rumeur voudrait que Kim Kyong-hui soit traitée à Singapour ou en Chine.

Kim Kyong-hui a été souvent vue au côté de son neveu pour ses tournées d’inspection au pays après la mort de son frère l’année dernière, Kim Jong-il. Sa disparition soudaine a déclenché de nombreuses spéculations sur la fragilité du régime du « jeune général »; car malgré son penchant notoire pour l’alcool, elle était largement perçue comme l’éminence grise du règne de Kim Jong-un.

La vérité sur sa disparition restera fort probablement cachée pendant un certain temps. Selon la version officielle, Kim Jong-il aurait succombé à une crise cardiaque, alors qu’il était atteint du cancer depuis longtemps – un subterfuge visant à camoufler le fait que c’était sa sœur Kim Kyong-hui qui dirigeait le pays pendant ses traitements contre le cancer. Qui plus est, avant sa mort, Kim Jong-il a tout fait pour préparer le terrain à cette sœur pour qu’elle puisse continuer à jouer son rôle d’autorité suprême, même sous Kim Jong-un. Il a écarté des dirigeants qui auraient pu s’opposer à elle, notamment des personnalités aussi importantes que Lee Yong-chul et Lee Je-gang.

La préservation du régime dynastique des Kim est devenue l’alpha et l’oméga du régime. Ce qui se traduit par une surveillance étroite par Kim Kyong-hui des propositions issues du Parti coréen des travailleurs (PCT), ainsi que de l’appareil militaire et étatique. Elle était ainsi chargée de réviser, compléter et ratifier les politiques, de même que de l’orientation générale du PCT. Une fois les politiques établies, elle veillait même à leur exécution.

En d’autres termes, la plupart des décisions de routine qui, dans d’autres pays, sont prises par l’exécutif du gouvernement, ne peuvent être confiées à personne en Corée du Nord à moins de faire partie du clan des Kim. Toute décision pouvant affecter la survie du régime est prise au sein de la dynastie. En fin de compte, sur les plans de la légitimité, de l’appartenance au clan, de l’expérience et de la compétence, Kyong-hui est perçue comme la seule personne apte à prendre les décisions au sein du clan Kim.

Il s’agit là d’un véritable tourbillon d’ordres et de contrôles centralisés à l’extrême. Pour réussir, Kim Kyong-hui dispose de trois axes de pouvoir, le parti, l’armée et l’administration centrale, chaque axe d’autorité s’immisçant dans les moindres recoins de la vie en Corée du Nord.

Pourtant, Kim Kyong-hui dirigeait le pays fort différemment que son frère décédé. Kim Jong-Il favorisait le diktat de l’armée en la mettant à l’avant-plan. Kim Kyong-hui, elle, est revenue aux méthodes de son père, Kim Il-sung, le fondateur de la dynastie, qui voyait dans le contrôle du parti le moyen le plus pratique et fiable d’exercer le pouvoir. Pour la dirigeante de facto de la Corée du Nord, le contrôle du parti est un outil plus souple pour obtenir le type de loyauté absolue dont les Kim ont absolument besoin.

Kim Jong-eun a fait des choses inédites jusqu’ici en Corée du Nord : comme admettre l’échec d’un essai de missile, ou parader avec Mickey Mouse, le personnage de Disney, symbole de la culture de l’ennemi américain, tout en construisant ses propres parcs d’attractions. Mais personne ne doit se méprendre : ce ne sont pas là les signes d’un dégel du régime de Pyongyang. En tentant de cacher encore une fois une grave pénurie alimentaire, le régime démontre en fait qu’il n’a pas bougé d’un iota : son seul but est de conserver sa mainmise sur le pouvoir.

Pour Kim Jong-eun et Kim Kyong-hui, le plus grand enjeu est de  maintenir cette politique d’immobilisme. Car, même si à l’heure actuelle le pouvoir gouvernemental gravite exclusivement autour du parti, la situation pourrait bien se dégrader, et le régime s’effondrer, si les pénuries alimentaires ne se règlent pas et que des pouvoirs parallèles décident de combler le vide.

Le fait que Kyong-hui soit en mauvaise santé est un obstacle de taille, car elle risque de manquer de temps pour consolider son pouvoir, à moins que la crise alimentaire se résorbe d’elle-même. Pour l’instant, le sort de la péninsule coréenne dépend de l’état de santé d’une seule femme.

Traduit de l’anglais par Pierre Castegnier

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Yuriko Koikeest ex-ministre de la Défense du Japon et conseillère à la sécurité nationale. Elle a également occupé la présidence du Parti libéral démocrate du Japon et est actuellement chef de l’opposition au parlement du Japon.

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