Después que la ABC de Australia emitiera una denuncia sobre el ‘Prisionero X’ el 12 de febrero, los medios israelíes se apresuraron a dar seguimiento a las escandalosas reclamaciones que Ben Zygier, un ciudadano israelí de origen australiano que trabajaba para el Mossad, fue detenido en secreto en una prisión de máxima seguridad durante meses antes de que supuestamente se suicidara en 2010. Sin embargo, los informes sobre el escándalo fueron retirados poco después que surgieron. La Oficina del Primer Ministro convocó a una reunión urgente de los editores de todos los medios de prensa israelíes más importantes para pedir su cooperación en el silenciamiento de la historia. Durante todo un día, a los medios israelíes se les prohibió informar sobre la historia, aun cuando fue objeto de titulares en todo el mundo y los israelíes difundieron la noticia en las redes sociales y blogs. Sólo después que tres miembros de izquierda del Knesset utilizararan su inmunidad parlamentaria para hablar sobre el tema aparecieron tímidos titulares, y un tribunal israelí levantó el secreto de sumario.
El gobierno israelí utilizó la posible amenaza a la seguridad nacional para justificar su decisión de censurar el escándalo del ‘Prisionero X’. Sin embargo, muchos bloggers israelíes siguen lejos de estar convencidos de que la seguridad nacional fue la razón principal detrás del ocultamiento de la historia.
Noam Shiezaf arguyó en +972 Magazine [en]:
Estaba bastante claro ayer temprano por la mañana que la Oficina del Primer Ministro (que está a cargo del Mossad) y el Departamento de Defensa (bajo el cual opera la censura militar) están luchando una batalla perdida. Una vez que el informe estuvo ahí fuera en los medios internacionales, era imposible detener su circulación sin tomar medidas de censura de Internet al estilo chino. Además, la razón de todo era errónea: no hay nada “secreto” en algo que todo el mundo sabe, así que ¿por qué los israelíes son los únicos que tienen prohibido el acceso a la información? En todo caso, este comportamiento revela el motivo más profundo detrás de la mayoría de actos de censura: es menos acerca de proteger la seguridad del Estado y más sobre proteger a personas e instituciones del escrutinio público.
Gal Mor, editor de Holes in the Net, también cuestionó [en] la pretensión de que la censura se usó para proteger la seguridad nacional:
Como en escándalos anteriores (Motke Kedar [en], quien fue apodado también “Prisionero X’; Marcus Klinberg [en], el affaire Lavon, Bus 300 [en]) se nos dijo que la exposición del asunto pone en peligro la seguridad nacional, hasta el punto de poner en peligro su existencia … Cuando cada uno de estos asuntos secretos fueron expuestos, el mundo no se acabó, y nos enteramos de que, en el peor de los casos se trata de un incidente diplomático, y una vergüenza para una agencia de inteligencia, y su exposición contribuyó en gran medida a la democracia de Israel y a las inspecciones internas de las agencias. E incluso si hubiera una justificación para este silenciamiento, vivimos en un callejón global, en el que Facebook, Twitter y los blogs están a sólo un clic de distancia.
Los intentos de impedir la difusión de la historia del “Prisionero X’ después de la emisión de la denuncia muestra que las autoridades israelíes todavía no se han adaptado a la era de los nuevos medios de comunicación. En un país donde casi la mitad [en] de la población tiene una cuenta de Facebook, arrojar el secreto de sumario a un informe en línea fácilmente disponible, sólo genera un mayor interés en la historia.
For additional reading on this topic please see:
Israel’s Response to UN Recognition of a Palestinian State
Israel’s Right to Defend Itself: Implications on Regional Security and US Interests
Safeguarding Israel’s Security in a Volatile Region
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