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¿Una nueva mirada a 1914?

Photo: greatwar.nl/Wikimedia Commons

CAMBRIDGE – Este año se cumple un siglo de un acontecimiento que transformó la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, destruyéndose una generación de jóvenes europeos. También cambió de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.

De hecho, la Gran Guerra destruyó no solo vidas, sino tres imperios europeos: el alemán, el austrohúngaro y el ruso, y con el colapso del régimen otomano prácticamente un cuarto. Hasta antes de su inicio, el equilibrio de poder mundial estaba centrado en Europa; tras ella, Estados Unidos y Japón emergieron como grandes potencias. La guerra además abrió las puertas a la Revolución Bolchevique de 1917, preparó el camino para el fascismo e intensificó y amplió las batallas ideológicas que caracterizaron el siglo veinte.

¿Cómo pudo ocurrir una catástrofe de semejantes dimensiones? Poco después de su estallido, cuando se le pidió una explicación al entonces Canciller alemán Theobald von Bethmann-Hollweg sobre qué ocurrió, respondió: “¡Ah, si solo lo supiera!” Quizás con ánimo autoexculpatorio, llegó a ver la guerra como algo inevitable. De manera similar, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Sir Edward Grey, planteó que había “acabado por pensar que ningún ser humano en particular hubiera podido evitarla.”

La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, autora del interesante libro 1914. De la paz a la guerra, de reciente publicación, plantea que “resulta tentador (y da que pensar) comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo”. Tras hacer una comparación similar, el semanario The Economist concluye que “la similitud más inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia”. Y algunos politólogos, como John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, han argumentado que “para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pacíficamente.

Pero las analogías históricas, si bien a veces son útiles como prevención, resultan peligrosas cuando conllevan una sensación de inevitabilidad. La Primera Guerra Mundial no lo fue, sino que se volvió más probable por el ascenso de Alemania y los recelos que ello creó en Gran Bretaña, y también por la respuesta atemorizada de Alemania al ascenso de Rusia, además de multitud de otros factores, entre ellos errores humanos. Sin embargo, hoy en día la brecha entre Estados Unidos y China es mayor que la que existía entre Alemania y Gran Bretaña en 1914.

Para sacar lecciones de 1914 que resulten útiles para el momento actual es necesario disipar los muchos mitos que se han creado sobre la Gran Guerra. Por ejemplo, la acusación de que se trató de una guerra preventiva iniciada deliberadamente por Alemania se ve desmentida por la evidencia de que las elites más importantes no lo creían así. Tampoco fue una guerra puramente accidental, como sostienen otros: Austria participó de manera deliberada para repeler la amenaza de un nacionalismo eslavo en ascenso. Hubo errores de cálculo sobre la duración y el alcance de la guerra, pero eso no equivale a que haya sido accidental.

También se dice que la causa de la guerra fue una carrera armamentista desenfrenada en Europa, pero esta ya había acabado en 1912 y Gran Bretaña la había ganado. Si bien existía inquietud por el creciente poderío de los ejércitos, esta resulta una visión más bien simplista.

El mundo de hoy es diferente al de 1914 en muchos e importantes sentidos. Uno es el que las armas nucleares dan a los líderes políticos el equivalente a una bola de cristal que les muestra cómo quedaría el mundo tras una escalada. Quién sabe que si el Emperador, el Káiser y el Zar hubieran podido ver en 1918 la destrucción de sus imperios y la pérdida de sus tronos habrían sido más prudentes en 1914. No hay duda de que este efecto de “vista previa” influyó fuertemente sobre los dirigentes estadounidenses y soviéticos durante la crisis de los misiles de Cuba. Es probable que hoy tendría una influencia similar sobre Estados Unidos y China.

Otra diferencia es que la ideología de la guerra hoy es mucho más débil. En 1924 se pensaba de verdad que la guerra era inevitable, en una visión fatalista reforzada por el argumento del darwinismo social de que “limpiaría el aire” como una buena tormenta de verano. Como escribiera Winston Churchill en La crisis mundial:

“Había una atmósfera extraña. No satisfechas con la prosperidad material, las naciones se volvieron con fiereza hacia las luchas, fueran estas internas o externas. Las pasiones naturales, que habían sido exaltadas indebidamente en momentos de declive de la religión, ardían bajo la superficie de casi cada país con llamas intensas aunque oscuras. Casi se podría pensar que el mundo deseaba sufrir, y no hay duda de que los hombres estaban ansiosos por tentar su suerte.”

No hay duda de que el nacionalismo está aumentando en China, al tiempo que Estados Unidos ha iniciado dos guerras después de los ataques del 11 de septiembre, pero ninguno de estos países tiene una actitud belicosa o complaciente acerca de una guerra limitada. China aspira a tener mayor peso en la región y Estados Unidos tiene aliados regionales a cuya defensa se ha comprometido. Siempre es posible que haya errores de cálculo, pero el riesgo se puede reducir mediante las opciones de políticas adecuadas. De hecho, ambas potencias tienen fuertes incentivos para cooperar en varios ámbitos, como el energético, el cambio climático y la estabilidad financiera.

Más aún, si bien la Alemania de 1914 estaba pisando los talones a Gran Bretaña (y ya la había superado en términos de potencia industrial), Estados Unidos sigue estando a décadas de distancia de China en recursos generales en los ámbitos militar, económico y de poder blando. Si se embarcara en una aventura política demasiado arriesgada, China podría poner en riesgo lo que lleva ganado interna y externamente.

En otras palabras, Estados Unidos tiene más tiempo para manejar sus relaciones con una potencia en ascenso que el que tuvo Gran Bretaña hace un siglo. Una actitud demasiado temerosa puede resultar siendo una profecía autocumplida. Otro asunto es si Estados Unidos y China manejarán bien su relación, pero el modo como lo hagan será el dictado de las decisiones humanas, no de alguna ley histórica ineludible.

Una de las lecciones que podemos aprender de los sucesos de 1914 es desconfiar de los analistas que plantean analogías históricas, especialmente si tienen un aire de inevitabilidad. La guerra nunca es inevitable, aunque la creencia en su inevitabilidad sea una de sus causas.

Traducido del inglés por David Meléndez Tormen.

Copyright Project Syndicate


Joseph S. Nye, Jr. es profesor de la Universidad de Harvard y autor del libro El liderazgo presidencial y la creación de la era estadounidense (Presidential Leadership and the Creation of the American Era).


For additional reading on this topic please see:

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The Concept of “Rising Powers”

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La guerre n’est jamais inéluctable!

Photo: greatwar.nl/Wikimedia Commons

CAMBRIDGE – Cette année marque le centième anniversaire d’un événement qui a transformé l’Histoire moderne, la Première Guerre mondiale qui a fait une vingtaine de millions de morts et affecté toute une génération de la jeunesse européenne. Ce conflit a aussi changé fondamentalement l’ordre international en Europe et au-delà.

La Grande guerre a détruit non seulement des vies, mais aussi trois empires (allemand, austro-hongrois et russe) et un quatrième à ses frontières avec l’écroulement de l’ordre ottoman. Jusqu’à la Première Guerre mondiale, le centre de gravité de l’équilibre mondial se trouvait en Europe. Après elle, les USA et le Japon ont émergé comme grandes puissances. Elle a aussi marqué le début de la révolution bolchevique de 1917, ouvert la voie au fascisme et intensifié et élargi les batailles idéologiques qui ont entraîné des drames au 20° siècle.

Comment une telle catastrophe a-t-elle pu se produire ? Peu après le début du conflit, interrogé sur son explication de ce qui s’était produit, le chancelier allemand Theobald von Bethmann-Hollweg a répondu : “Si seulement je le savais !”. Peut-être pour dégager sa responsabilité, a-t-il fini par considérer la guerre comme inévitable. De même, le ministre britannique des Affaires étrangères, Sir Edward Grey, a déclaré qu’il “en est venu à penser qu’aucun homme à lui tout seul n’aurait pu l’empêcher”.

Est-ce que cela pourrait se reproduire aujourd’hui ? Selon Margaret MacMillan, auteur d’un nouveau livre des plus intéressants intitulé The War that Ended Peace, “il est tentant – et cela donne à réfléchir – de comparer les relations actuelles entre la Chine et les USA aux relations entre l’Allemagne et la Grande-Bretagne il y a un siècle”. Pour la revue The Economist qui fait une comparaison analogue, “le parallèle le plus troublant entre 1914 et aujourd’hui est l’autosatisfaction”. Et certains politologues comme John Mearsheimer de l’université de Chicago disent que “la montée en puissance de la Chine ne peut se faire pacifiquement”.

Mais même si elles sont parfois utiles à titre préventif, les analogies historiques sont dangereuses si elles donnent le sentiment d’une inéluctabilité historique. La Première Guerre mondiale n’était pas inévitable. La montée en puissance de l’Allemagne et la crainte que cela a suscitée en Grande-Bretagne ont accru sa probabilité. Mais il en a été de même de la crainte de l’Allemagne face à la montée de la Russie, ainsi que d’une myriade d’autres facteurs, notamment des erreurs humaines. Mais aujourd’hui le fossé en terme de puissance entre les USA et la Chine est bien plus grand que celui qui existait en 1914 entre l’Allemagne et la Grande-Bretagne.

Tirer les leçons de la Grande Guerre suppose d’en finir avec les nombreux mythes sur son origine. Ainsi, prétendre qu’il s’agissait d’une guerre préventive déclenchée par l’Allemagne est démenti par les éléments qui montrent que ce n’était pas ce que croyaient les élites au pouvoir. Et contrairement à ce que d’autres avancent, ce ne fut pas une guerre purement accidentelle. L’Autriche est délibérément entrée en guerre pour parer à la menace croissance du nationalisme slave. Elle a mal estimé la longueur et l’intensité du conflit qu’elle amorçait, mais ce n’est pas la même chose qu’un événement accidentel.

On dit également que c’est la course aux armements en Europe qui est à l’origine de la Grande Guerre. Mais en ce qui concerne les forces navales, cette course s’était terminée en 1912 avec la victoire de la Grande-Bretagne. S’il y avait des inquiétudes en Europe quant au renforcement de l’armement terrestre, il est abusif de dire que la guerre a été déclenchée directement par la course aux armements.

Le monde d’aujourd’hui est différent de celui de 1914, notamment en raison de l’arme nucléaire. Les dirigeants politiques ont une idée de ce à quoi ressemblerait le monde après un conflit nucléaire. Si le Kaiser et le tsar avaient pu imaginer la destruction de leur empire et la perte de leur trône en 1918, ils auraient peut-être fait preuve de plus de prudence en 1914. La connaissance des ravages que peut faire l’arme nucléaire a sans doute joué un rôle lors de la crise des missiles de Cuba. Et elle pourrait de même influencer les dirigeants chinois et américains aujourd’hui.

Une autre différence avec 1914 tient au mode de pensée face à la guerre qui s’est transformé. En 1914 on considérait la guerre comme inévitable. L’idée qu’elle était même bienvenue, parce qu’elle “nettoierait l’air” comme un bon orage d’été, renforçait ce fatalisme coloré de darwinisme social. Ainsi que Churchill l’a écrit dans La crise mondiale (The World Crisis): “Il y avait une étrange ambiance dans l’air. Insatisfait par la prospérité matérielle, les nations se tournèrent vers l’affrontement, que ce soit sur le plan intérieur ou extérieur. Avivées par le déclin de la religion, les passions nationalistes brûlèrent la surface de presque toutes les terres de leurs flammes féroces. On aurait presque pu en conclure que le monde voulait souffrir. De toute évidence, partout les hommes étaient avides de défis à relever.”

Incontestablement le nationalisme chinois s’accroît aujourd’hui, tandis que les USA ont déclenché deux guerres après les attentats du 11 septembre. Mais aucun de ces deux pays n’est belliqueux ou désireux de se lancer dans un nouveau conflit. La Chine aspire à jouer un rôle plus important en Asie, les USA ont des alliés régionaux qu’ils se sont engagés à défendre et on ne peut exclure un mauvais calcul ; mais le choix d’une politique bien adaptée en limite le risque. Sur plusieurs problèmes (par exemple l’énergie, le réchauffement climatique et la stabilité financière) la Chine et les USA ont tout intérêt à coopérer.

Par ailleurs, alors qu’en 1914 l’Allemagne était sur le point de rattraper la Grande-Bretagne en terme de puissance (elle l’avait dépassé sur le plan industriel), la Chine est encore à des dizaines d’années derrière les USA en terme de puissance économique et militaire, ainsi que de pouvoir d’influence. Une politique trop aventuriste mettrait en danger les progrès réalisés par la Chine, que ce soit sur le plan intérieur ou sur la scène internationale.

Autrement dit, les USA disposent de davantage de temps pour gérer leurs relations avec une puissance montante que la Grande-Bretagne il y a un siècle. Trop de peur peut attiser le danger redouté. Que les USA et la Chine réussissent ou pas à bien gérer leur relation est une autre affaire. Mais la manière dont ils agiront dépendra de choix faits par des hommes et non d’une quelconque loi historique inéluctable.

Méfions-nous des analystes qui brandissent des analogies historiques, notamment quand ils leurs confèrent une forme d’inéluctabilité. La guerre n’a jamais été inévitable, même si la croyance qu’elle l’est peut la déclencher.

Traduit de l’anglais par Patrice Horovitz.

Copyright Project Syndicate


Joseph S. Nye est professeur à Harvard. Il est l’auteur d’un livre intitulé Presidential Leadership and the Creation of the American Era.


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ا 1914 من جديد؟

Photo: greatwar.nl/Wikimedia Commons

كمبريدج ــ يصادف هذا العام الذكرى المئوية للحدث الذي حوَّل التاريخ الحديث. لقد أسفرت الحرب العالمية الأولى عن مقتل 20 مليون إنسان وحطمت جيلاً من الشباب الأوروبي. كما غيرت الحرب العالمية الأولى بشكل جذري النظام الدولي في أوروبا وخارجها.

الواقع أن الحرب العالمية الأولى لم تحصد الأرواح فحسب، بل ودمرت أيضاً ثلاث إمبراطوريات في أوروبا ــ الألمانية، والنمساوية المجرية، والروسية ــ والرابعة على أطراف أوروبا بانهيار الحكم العثماني. قبل اندلاع الحرب العظمى، كان مركز توازن القوى العالمي في أوروبا؛ وبعدها ظهرت الولايات المتحدة واليابان كقوتين عظميين. كما بشرت الحرب أيضاً بالثورة البلشفية في عام 1917، والتي مهدت الطريق للفاشية، ووسعت نطاق المعارك الإيديولوجية التي اجتاحت القرن العشرين وزادت من حدتها.

ولكن كيف كان من الممكن أن تقع كارثة كهذه؟ بعد فترة وجيزة من اندلاع الحرب، وعندما طُلِب من المستشار الألماني ثيوبالد فون بيثمان هولويج تفسير ما حدث، أجاب قائلا: “أتمنى لو كنت أعلم”. ولعله في سعيه إلى تبرئة الذات نظر إلى الحرب باعتبارها حدثاً حتميا. وعلى نحو مماثل، زعم وزير الخارجية البريطاني سير إدوارد جراي أنه “توصل إلى اعتقاد مفاده أنه لم يكن بوسع أي إنسان أن يمنع اندلاع تلك الحرب”.

والسؤال الذي نواجهه اليوم هو ما إذا كان تكرار هذه الحرب أمراً واردا. تزعم مارجريت ماكميلان، مؤلفة الكتاب الجديد المثير للاهتمام “الحرب التي أنهت السلام” أنه من المغري ــ والواقعي ــ أن نقارن العلاقات بين الصين والولايات المتحدة اليوم بالعلاقات بين ألمانيا وبريطانيا قبل قرن من الزمان. وبعد إجراء مقارنة مماثلة، تخلص مجلة الإيكونوميست إلى أن “التشابه الأكثر إثارة للقلق بين عام 1914 والوقت الحاضر هو الشعور بالرضا عن الذات”. كما زعم بعض علماء السياسة، مثل جون ميرشايمر من جامعة شيكاغو، أن “الصين من غير الممكن أن تصعد بشكل سلمي“.

ولكن المقارنات التاريخية، برغم كونها مفيدة أحياناً لأغراض وقائية، فإنها تصبح بالغة الخطورة عندما تنقل الشعور بالحتمية التاريخية. إن الحرب العالمية الأولى لم تكن حتمية، بل أصبحت أكثر احتمالاً بسبب قوة ألمانيا الصاعدة والخوف الذي أثاره صعودها في بريطانيا العظمى. ولكن اندلاع هذه الحرب بات أكثر احتمالاً أيضاً بسبب تخوف ألمانيا من قوة روسيا الصاعدة، فضلاً عن عوامل أخرى لا تحصى ولا تعد، بما في ذلك أخطاء بشرية. ولكن الفجوة الإجمالية في القوة اليوم بين الولايات المتحدة والصين أعظم من الفجوة التي كانت بين ألمانيا وبريطانيا في عام 1914.

 ويتطلب استخلاص دورس معاصرة من 1914 التخلص من الأساطير العديدة التي حيكت حول الحرب العالمية الأولى. على سبيل المثال، كذبت الأدلة التي أظهرت أن النخب الرئيسية لم تكن تعتقد ذلك الزعم بأنها كانت حرباً وقائية متعمدة شنتها ألمانيا. ولم تكن الحرب العالمية الأولى أيضاً حرباً اندلعت بالصدفة البحتة كما يزعم آخرون: فقد خاضت النمسا الحرب عامدة، لكي تصد عن نفسها تهديد القومية السلافية الصاعدة. كانت الحسابات خاطئة بشأن طول الحرب وعمقها، ولكن هذا لا يجعل منها حرباً اندلعت بالصدفة.

وقيل أيضاً إن الحرب كانت نتيجة لسباق التسلح غير المنضبط في أوروبا. ولكن سباق التسلح البحري كان قد انتهى بحلول عام 1912، وكان الفوز فيه لبريطانيا. وبرغم المخاوف في أوروبا حول تنامي قوة ا لجيوش، فمن الواضح أن وجهة النظر القائلة بأن الحرب كانت نتيجة مباشرة لسباق التسلح سطحية.

إن عالم اليوم يختلف عن عالم 1914 في أكثر من جانب مهم. فأولا، حصل الزعماء السياسيون بفضل الأسلحة النووية على ما يعادل البلورة السحرية التي تُظهِر لهم كيف قد يبدو عالمهم بعد التصعيد. وربما لو كان لدى الأباطرة والقياصرة آنذاك بلورة سحرية تظهر لهم إمبراطورياتهم وقد دُمِّرَت وعروشهم وقد ضاعت في عام 1918، لكانوا يتوخون قدراً أعظم من الحذر في عام 1914. ومن المؤكد أن تأثير الكرة البلورية كان قوياً على قادة الولايات المتحدة والاتحاد السوفييتي إبان أزمة الصواريخ الكوبية. ومن المرجح أن يخلف تأثيراً مماثلاً على قادة الولايات المتحدة والصين اليوم.

وهناك فارق آخر يتلخص في أن إيديولوجية الحرب باتت أضعف كثيراً في الوقت الحاضر. ففي عام 1914، كان من المتصور حقاً أن الحرب حتمية ولا مفر منها، وهي نظرة قَدَرية عززتها الحجة الداروينية الاجتماعية بأن الحرب لابد أن تكون موضع ترحيب لأنها تعمل على “تنقية الأجواء” مثلها كمثل عاصفة الصيف. وكما كتب ونستون تشرشل في كتابه “أزمة العالم”:

     “كان هناك مزاج غريب في الهواء. وفي حالة من عدم الرضا بالرخاء المادي، اندفعت الأمم بشراسة نحو النزاع والشقاق، سواء الداخلي أو الخارجي. وكانت المشاعر الوطنية،        التي انحسرت دون مبرر مع تراجع دور الدين، تلتهب تحت السطح بشراسة في كل أرض     تقريبا. ويكاد المرء يتصور أن العالم كان راغباً في المعاناة. ومن المؤكد أن الرجال كانوا         حريصين على المجابهة والتحدي في كل مكان”.

لا شك أن النعرة القومية تنمو في الصين اليوم، في حين شنت الولايات المتحدة حربين بعد هجمات الحادي عشر من سبتمبر/أيلول 2001. بيد أن كلاً من البلدين ليس مولعاً بالقتال أو راضياً عن حرب محدودة. فالصين تطمح إلى الاضطلاع بدور أكبر في المنطقة، والولايات المتحدة لديها حلفاء إقليميون ملتزمة بالدفاع عنهم. والحسابات الخاطئة واردة دوما، ولكن أي خطر يمكن الحد منه باللجوء إلى الخيارات السياسية السليمة. والواقع أن الحوافز التي تدفع الصين والولايات المتحدة إلى التعاون قوية في ما يتعلق بالعديد من القضايا ــ على سبيل المثال الطاقة وتغير المناخ والاستقرار المالي.

وفي حين كانت ألمانيا في عام 1914 تمارس ضغوطاً شديدة على بريطانيا (بل وتجاوزتها من حيث القوة الصناعية)، فإن الولايات المتحدة تظل متقدمة على الصين بعقود من الزمان في ما يتصل بالموارد العسكرية والاقتصادية الإجمالية، فضلاً عن موارد القوة الناعمة. وانتهاج أي سياسة مغامرة من شأنه أن يعرض مكاسب الصين في الداخل والخارج للخطر.

بعبارة أخرى فإن الولايات المتحدة لديها من الوقت لإدارة علاقاتها مع قوة صاعدة ما يزيد على الوقت الذي أتيح لبريطانيا قبل قرن من الزمان. والإفراط في الخوف قد يغذي نفسه بنفسه. وما إذا كان بوسع الولايات المتحدة والصين إدارة العلاقات بينهما  بنجاح فهي قضية أخرى. ولكن الكيفية التي قد تفعل بها كل منهما ذلك سوف يمليها اختيار إنساني وليس بعض القوانين التاريخية الصارمة.

من بين الدروس التي ينبغي لنا أن نتعلمها من أحداث 1914 أن نتوخى الحذر في الإنصات إلى المحللين الذين يلفقون المقارنات التاريخية ويستغلونها ببراعة، وخاصة إذا كانوا من أولئك الذين يتحدثون عن الحتمية التاريخية. فالحرب لا تكون حتمية أبدا، ولو أن الاعتقاد بكونها حتمية قد يصبح أحد أسبابها.

ترجمة: أمين علي          Translated by: Amin Ali

Copyright Project Syndicate


جوزيف س. ناي أستاذ في جامعة هارفارد، ومؤلف كتاب “الزعامة الرئاسية وخلق العصر الأميركي”.


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تركيا والانقلاب البيروقراطي الفاشل

Recep Tayyip Erdoğan and Fethullah Gülen
Recep Tayyip Erdoğan (left) and Fethullah Gülen. Photo: Hayatin Kendisi Burada/Picasa.

أنقرة ــ في الأسبوع الماضي، صَعَّد رئيس الوزراء التركي رجب طيب إردوغان من حِدة استجابة حكومته لتحقيقات الفساد التي أرقت البلاد منذ ديسمبر/كانون الأول بإعادة هيكلة قيادات السلطة القضائية والشرطة. ولكن من الخطأ أن ننظر إلى هذا باعتباره معركة بين السلطتين التنفيذية

والقضائية، أو محاولة للتغطية على الاتهامات التي أدت إلى استقالة ثلاثة وزراء. فالقضية هنا تدور حول استقلال سلطات إنفاذ القانون وحيدتها. والواقع أنه في وسط اتهامات بشأن أدلة ملفقة يقول إردوغان الآن إنه لا يعارض إعادة محاكمة كبار الضباط العسكريين المدانين بالتخطيط للإطاحة بحكومته.

وتعكس التطورات الأخيرة إلى اتساع هوة الخلاف بين حكمة إردوغان وحركة جولِن بقيادة فتح الله جولِن، وهو الواعظ الإسلامي الذي يقيم حالياً في المنفى باختياره في مدينة بالقرب من فيلادلفيا في الولايات المتحدة. كانت حركة جولِن من الكيانات المهمة الداعمة لحزب العدالة والتنمية الحاكم وجهوده الرامية إلى ترسيخ السيطرة المدنية على المؤسسة العسكرية خلال أول ولايتين لحزب العدالة والتنمية في السلطة. ولكن يبدو أن الحركة تخطط الآن لانقلاب على السلطة.

والواقع أن العديد من أعضاء السلطة القضائية والشرطة المرتبطين بموجة اتهامات الفساد الموجهة إلى مسؤولين حكوميين ورجال أعمال وأفراد من أسر الساسة متصلين بحركة جولِن. وما بدأ بوصفه تحقيقاً في اتهامات مزعومة بالكسب غير المشروع سرعان ما تحول إلى حملة تشويه تدعمها المعارضة.

وتثير صراعات تركيا الحالية العديد من التساؤلات المهمة حول العلاقة اللائقة بين البيروقراطيين والمسؤولين المنتخبين في الديمقراطية التعددية. وسوف تتطلب الإجابة على هذه التساؤلات مناقشة تتجاوز قضايا مثل الفصل بين السلطات واستقلال القضاء وتشرح العلاقة اللائقة بين السياسة والدين. وهنا يشكل التوصل إلى فهم واضح للسياق التاريخي للأزمة الحالية أهمية حاسمة.

عندما أصبحت تركيا دولة ديمقراطية في عام 1950، حاولت النخب الكمالية العلمانية المنتمية إلى النظام السابق تسخير قوة المؤسسة العسكرية والبيروقراطية الحكومية للسيطرة على الحكومة المنتخبة. والواقع أن المؤسسة العسكرية التركية، بدعم من السلطة القضائية، تدخلت بشكل واضح في عمل الحكومة المدنية في أعوام 1960، و1971، و1980، و1997، وفي كل مرة باسم حماية العلمانية.

وفي الرد على ذلك حَرِصَت جماعات دينية مختلفة، بما في ذلك حركة جولِن، على تشجيع أتباعها على تولي مناصب في الجهاز البيروقراطي للدولة والمؤسسة العسكرية. وفي تسعينيات القرن العشرين ردت الحكومات العلمانية المدعومة من قِبَل المؤسسة العسكرية الضربات فحاولت تطهير البيروقراطيين والقادة العسكريين المتدينين: فكان من لا يتعاطى الكحول أو لا ترتدي الإناث من أفراد أسرته الحجاب يصبح على الفور موضع اشتباه.

ومع تطبيع الديمقراطية التركية في أعقاب فوز حزب العدالة والتنمية في عام 2002، أزيلت القيود المفروضة على تجنيد وتوظيف وترقية المواطنين المتدينين في المراتب العليا من الجهاز البيروقراطي ــ وهي العملية التي أفادت بشكل خاص أعضاء حركة جولِن، التي كانت تتمتع بشبكات تعليمية وإعلامية وتجارية واسعة. وبدا أتباع جولِن ــ الذين زعموا أنهم يدعمون الديمقراطية الليبرالية والشكل السمح الحديث من الإسلام الذي يتبناه حزب العدالة والتنمية ــ وكأنهم الحلفاء الطبيعيين لحكومة إردوغان.

ولمدة عشر سنوات، لعبت الشركات المتصلة بحركة جولِن دوراً معترفاً به على نطاق واسع ــ ومحل تقدير ــ في النمو الاقتصادي والتنمية في تركيا، في حين دربت المدارس التابعة لحركة جولِن الطلاب على العمل في وظائف الخدمة العامة. وطالما كانت شروط توظيف وترقية البيروقراطيين تستند إلى الجدارة، فإن حزب العدالة والتنمية لم يجد مشكلة في قبول التمثيل المفرط لأتباع حركة جولِن في فروع بعينها من الحكومة.

وكان قبول حركة جولِن نابعاً من اعتقاد مفاده أن أعضاء الحركة سوف يلتزمون بشرط أساسي في الديمقراطية التعددية مفاده أن البيروقراطيين ــ سواء كانوا من المسلمين في تركيا، أو المورمون في الولايات المتحدة، أو البوذيين في اليابان ــ لا يسمحون لمعتقداتهم الدينية بإفساد التزامهم بالخدمة العامة وسيادة القانون. وما لم تتخيله الحكومة هو أن رؤية جديدة للوصاية البيروقراطية على الحكومة المدنية قد تنشأ.

وبرغم أن أتباع جولِن اختلفوا مع العديد من سياسات الحكومة، فإنهم كانوا إلى حد كبير يدعمون حزب العدالة والتنمية في الانتخابات الثلاثة الأخيرة. وكان الجدال السياسي حول إعادة هيكلة “المدارس الخاصة الباهظة التكاليف التي تؤهل طلاب الدراسة الثانوية لاجتياز امتحانات القبول بالتعليم الجامعي” هي ما دفعهم إلى رفض الحزب تماما.

تدير حركة جولِن ربع هذه المدارس على الأقل، والتي تشكل عنصراً رئيسياً في شبكة تعليمية تابعة للحركة وتبلغ قيمتها عدة مليارات من الدولارات وتساعدها في تجنيد الأعضاء الجدد. وبالتالي فإن أعضاء الحركة كانوا ينظرون إلى الجدال الدائر حول هذه المدارس باعتباره تحدياً مباشراً لنفوذهم.

ولكن رد فعلهم لم يكن متناسبا ــ خاصة وأن خطط الحكومة لم تكن نهائية. وعلاوة على ذلك، لم يكن الاقتراح متعلقاً بحركة جولِن؛ بل كان استجابة لشكاوى المواطنين بشأن الاضطرار إلى دفع رسوم باهظة لإعداد أطفالهم للالتحاق بالجامعات العامة المجانية. ولم تؤخذ حركة جولِن على حين غرة؛ فقد انخرط ممثلو هذه المدارس في حوار مع المسؤولين في وزارة التعليم لبعض الوقت.

وكما هي الحال في أي نظام ديمقراطي، فإن الانتقادات العامة لسياسات الحكومة التركية أمر طبيعي وصحي. ولكن المحاولات التي بذلها أعضاء السلك القضائي والشرطة المنحازين لحركة جولِن لابتزاز وتهديد الحكومة ومساومتها بشكل غير قانوني غير مقبولة.

والآن الأمر متروك للمحاكم لكي تستشف الحقيقة بشأن الفساد بين “الموظفين العموميين” في تركيا. ولكن كل الدلائل تشير إلى حملة سياسية منسقة من جانب أتباع جولِن، بما في ذلك كبار مدعي العموم المتورطين في قضايا الفساد الأخيرة ووسائل الأعلام الموالية لحركة جولِن التي دافعت باستماتة عن نزاهة مدعي العموم (برغم المخالفات العديدة ــ مثل عمليات التنصت المكثفة غير المرخصة قانونا ــ والتي تم الكشف عنها). فضلاً عن ذلك فإن مجموعة منسقة داخل السلطة القضائية يشتبه في إقدامها على زرع أدلة زائفة ــ وهي الادعاءات التي أدت إلى الدعوات المطالبة بإعادة محاكمة أفراد في المؤسسة العسكرية.

وهذا لا يعني بكل تأكيد أنه لم تكن هناك محاولات انقلابية من قِبَل أفراد في المؤسسة العسكرية في الماضي أو قضايا خاصة بجرائم فساد ارتكبها ساسة وبيروقراطيين. الأمر المهم هنا هو أن تركيا تحتاج إلى إصلاحات قضائية تفضي إلى إزالة احتمال نشوء عصابات منظمة تستغل سلطاتها الدستورية لتحقيق أهدافها ومصالحها الضيقة.

وهذا خط أحمر بالنسبة لأي نظام ديمقراطي. فلابد أن يتمتع المواطنون الأفراد بالحرية في الحياة وفقاً لمعتقداتهم؛ ولكن لا ينبغي أن يُسمَح لرؤية عَقَدية غير خاضعة للمساءلة بتشكيل سلوكهم كموظفين مدنيين وبيروقراطيين.

وفي عموم الأمر، لابد أن يكون الجدال بشأن حركة جولِن بمثابة فرصة لتوضيح العلاقة بين الدين والسياسة، في حين يعمل على تذكير عامة الناس في تركيا ــ والبلدان ذات الأغلبية المسلمة في مختلف أنحاء المنطقة ــ بالقيم الديمقراطية الأساسية التي مكنت تركيا من التطور والازدهار.

ترجمة: أمين علي          Translated by: Amin Ali

.Copyright Project Syndicate


إرتان آيدين كبير مستشاري رئيس الوزراء التركي رجب طيب إردوغان.


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Überdehnt sich die Bewegung von Fethullah Gülen?
Turkey: Has the AKP Ended Its Winning Streak?
Turkey’s “Super Election Year” 2014: Winner Still Takes All?


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Natural Gas and Albacore: What Tuna Says About the Future of Mozambique

Fishermen in Mozambique. Image: Flickr.

This article was originally published by New Security Beat.

A 20-year peace accord between Mozambique’s two major political parties was brought to an abrupt end last fall. A series of violent skirmishes between FRELIMO and RENAMO resulted in at least 10 deaths, dozens injured, and fears that the country might relapse into the kind of political violence seen during its civil war, which left more than a million dead. RENAMO claims its frustrations stem from a fraudulent electoral system and social inequality, but some observers have suggested their motivations may be less benevolent: making sure they get their piece of the country’s newfound natural gas wealth.

Long off limits due to limited technology, a grueling 16-year civil war, and Portuguese colonial rule before that, Mozambique’s hitherto untapped coal and hydrocarbon deposits are now available for foreign investment. Extensive coal mining has already resulted in rapid gross domestic product growth over the last decade, and international petroleum powerhouses Andarko (American) and Eni (Italian) plan to begin exporting liquid natural gas from Mozambique’s offshore deposits by 2018. But if the exploitation of these natural resources is to lead to broader socioeconomic development – almost 60 percent of Mozambique’s population makes less than $1.25 a day – RENAMO has a point in one respect: the government needs a deliberate multiuse natural resource management plan that goes further than naming potential socioeconomic benefits on paper and ensures the implementation of sound health policy and improvements in education at the local level.